sábado, 14 de abril de 2012

Galicia como puerta ferroviaria de Europa

La ampliación del Canal de Panamá, prevista para el 2016, atraerá más flujos de mercancías hacia Europa, lo que debe aprovechar España para revisar su política ferroviaria y portuaria.

La Comisión Europea quiere impulsar una Red Transeuropea de Transporte (RTE-T) limpia y eficiente, mediante la cofinanciación de proyectos en varias áreas prioritarias para revitalizar el ferrocarril, descongestionar la carretera, contribuir al buen funcionamiento del mercado internacional y reforzar la cohesión económica y social. Uno de sus objetivos es desarrollar corredores ferroviarios para fomentar la intermodalidad de los diferentes modos del transporte, principalmente interconectando el mayor número posible de puertos y los centros logísticos de su zona de influencia, para aumentando sus posibilidades de negocio y desarrollar un transporte sostenible. 


El Arco Atlántico es la puerta de entrada occidental de Europa, donde se cruzan intercambios transatlánticos y tráficos entre el Mar del Norte y el Mediterráneo y que contribuye con alrededor de 2 billones de euros al PIB de la Unión Europea, lo que da una idea de la magnitud económica y de la importancia que tiene esta área geoestratégica. El anterior Gobierno socialista propuso cinco corredores ferroviarios de mercancías que potencian, una vez más, el centralismo y el Eje Mediterráneo. Los trazados que presentó a la UE marginan a Galicia, pues el denominado Corredor Atlántico discurre por Salamanca-Valladolid-Burgos y es paralelo y muy cercano al corredor central, aportando muy poco a la vertebración peninsular. No solo relegó todas las conexiones con Portugal a través del centro (en vez de unir también Portugal y el sur de Francia por la Cornisa Cantábrica), sino que se olvidó de las políticas de productividad, actividad económica y empleo, al dejar fuera muchos de los puertos atlánticos. Es decir, anuló la potencialidad de Galicia como plataforma portuaria y logística, cometiendo errores garrafales tal como dejar fuera de los proyectos prioritarios (nodales) a Vigo, el mayor puerto pesquero de Europa.. El daño ya está hecho y es enorme, no solo porque ha hecho una malísima propuesta sino porque la Comisión Europea se niega a realizar modificaciones. La decisión no es final, porque falta todavía la opinión vinculante de la Eurocámara.

En 1999 diseñé el ATLAS como un corredor ferroviario intermodal, transversal y verde, en línea con las redes transeuropeas, que favorecía el transporte integrado y sostenible para el desarrollo comercial y económico de la fachada atlántica. En su momento fue respaldado por los empresarios gallegos y de toda la Cornisa Cantábrica y es una mejor solución y más económica que enviar las mercancías por Palencia. El ATLAS une Lisboa- Aveiro- Oporto- Vigo- Pontevedra- Marín- Vilagarcía- Santiago- A Coruña- Ferrol- San Cibrao- Avilés- Gijón- Santander- Bilbao- San Sebastián- Irún. En 2004 surgió el FERRMED en un momento en que las rutas marítimas recalaban en los puertos mediterráneos, pero la crisis mundial, la bajada del barril de petróleo, los mayores costes del Canal de Suez y la piratería del cuerno de África, han redibujado dichas rutas. Las navieras ahora utilizan la ruta del Cabo de Buena Esperanza y por la fachada atlántica alcanzar los mercados norte-europeos.

El Gobierno actual está rediseñando los corredores tanto para adaptarlos a los recursos existentes como para hacer propuestas más adecuadas a la UE, incluyendo nuevas infraestructuras que habían sido descartadas por el exministro socialista José Blanco, a pesar de ser gallego. Es de esperar que el Parlamento Europeo reconozca la importancia de la fachada atlántica en el nuevo mapa europeo de infraestructuras, incluyendo el ATLAS como proyecto prioritario de la red transeuropea de transportes, porque además de unir los principales puertos y ciudades del Arco Atlántico peninsular contribuye al reequilibrio territorial, es más económico que el propuesto por el Gobierno en 2011 y mejora de manera significativa la movilidad de bienes y personas entre España y Portugal. El trazado Ferrol-Lisboa ya está construido en ancho internacional, aunque habría que acometer ciertas mejoras, y el Ferrol-Irún es de vía estrecha, por lo que habrá que convertirlo a internacional y modificar aquellos radios de curvatura que son inadecuados. Al respecto, la propia ministra de Fomento manifestó: "El Gobierno de España no puede compartir la propuesta actual de la Comisión porque con ella no se asegura el acceso equilibrado de todas las regiones al espacio europeo al quedar excluidos algunos itinerarios y algunos nodos que para España son fundamentales y vertebradores".

El objetivo del nuevo Gobierno es arduo pues tiene que convencer a la Unión Europea de que es una cuestión de justicia, porque los demás miembros de la UE han presentado propuestas razonables pero la del exministro gallego José Blanco, por el contrario, está poco estudiada y contiene errores clamorosos. Esta es una gran oportunidad para nuestra tierra y para España. Esperemos que el Gobierno la defienda con ahínco en Europa y pueda recuperar este proyecto que fue excluido de manera injustificada. Galicia debe potenciarse como la puerta occidental de Europa mediante un auténtico Corredor Atlántico Ferroviario, tanto para aprovechar los flujos marítimos actuales como los que surjan de la ampliación del Canal de Panamá.